La mayoría de los residentes en Texas están recuperando la energía y comienzan a llegar temperaturas más cálidas, luego de que dos tormentas invernales devastaron al estado. Ahora las personas se enfrentan al problema de las fallas en el suministro de agua. El frío extremo dejó las tuberías agrietadas y fuera de servicio las plantas de tratamiento de agua.
Desde el domingo pasado al menos 47 personas han muerto debido a las tormentas, 30 de ellas en Texas, de acuerdo con datos recopilados por The Washington Post. Entre las víctimas más jóvenes está un niño de 11 años que falleció en una casa móvil sin calefacción.
En Austin, unos 16 mil 800 clientes siguen sin servicio eléctrico, algunos desde hace casi una semana. El alcalde Steve Adler (demócrata) comentó este viernes en Today, de NBC, que muchos residentes están en una situación desesperada.
Adler informó que la ciudad permanece bajo un aviso de hervir el agua. Después de la tormenta se tendrán que afrontar los daños a las tuberías.
Los hospitales continúan luchando por permanecer abiertos en Austin, en medio de la escasez de energía y agua. Un hospital tuvo que conectarse a una boca de incendios en el exterior para mantener la presión del agua para las calderas, señaló Adler.
“Lo estamos haciendo mejor en este momento (…) Pero les diré que fue realmente peligroso, y todavía lo es en algunos hospitales”, dijo.
La noche del jueves, el presidente Joe Biden habló con el gobernador de Texas, Greg Abbott, sobre el clima y prometió ayudar a los residentes del estado más afectado por las tormentas, según informó la Casa Blanca.
“El presidente Biden transmitió su apoyo al pueblo de Texas en este momento difícil (…) Reiteró que el gobierno federal continuará trabajando de la mano con las autoridades estatales y locales en Texas para brindar ayuda y atender las necesidades críticas de las familias afectadas”, anunció la Administración Biden.
Fuente: El tiempo latino
