La madrugada de este lunes Myanmar, antigua Birmania, retrocede una década en el tiempo cuando el Ejército, que había ocupado el gobierno entre 1962 y 2011 y aún mantenía grandes cotas de poder, ha perpetrado un golpe de estado, debido a su desacuerdo con el triunfo electoral, que tuvo lugar el pasado 8 de noviembre, de la jefa del gobierno de hecho, Aung San Suu Kyi, de 75 años, y de su partido, la NLD (siglas en inglés de la Liga Nacional por la Democracia).
Los líderes civiles, incluida la propia premio Nobel de la Paz; el presidente, Win Myint, y los gobernadores de las distintas regiones, se encuentran detenidos. El país regresa así a la situación de gobierno militar en la que estuvo antes de que comenzase el lento e incompleto proceso de transición democrática en 2011.
Mientras tanto, el Presidente Joe Biden aseguró este lunes que el golpe de Estado en Myanmar “es un asalto directo sobre la transición democrática en el país”, por lo que exhortó al Ejército a abandonar el poder “inmediatamente” y ordenó una revisión para considerar la reimposición de las sanciones levantadas debido a la transición de la nación a la democracia.
“La comunidad internacional debe unirse en una sola voz para presionar a los militares birmanos para que abandonen inmediatamente el poder que han tomado”, señaló el presidente de Estados Unidos en un comunicado.
“Estados Unidos retiró las sanciones a Birmania durante la pasada década basándose en el progreso hacia la democracia”, indicó el jefe de Estado, utilizando el antiguo nombre de Myanmar. Y agregó: “El retroceso de ese progreso requerirá una revisión inmediata de nuestras leyes y autoridades sancionadoras, seguida de la acción apropiada”.
Fuentes: Infobae, presa El País.
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